Solas, aún acompañadas
Cada vez son más las mujeres que aportan a la sociedad sus escritos sobre el feminismo y guían a otras a transitar caminos diferentes a los que les han impuesto: el libro de Freijo visibiliza la realidad de muchas o todas marcando un antes y un después una vez que se lee.
Solas, aún acompañadas escrito por la feminista, comunicadora y Licenciada en Ciencia Política, María Florencia Freijo, representa el crudo relato de las diferentes situaciones y momentos de la vida que atraviesan las mujeres.
A lo largo de sus ocho capítulos, la autora del libro pone de manifiesto la desigualdad de género, el inicio de la sociedad patriarcal, los estereotipos y la carga tanto mental como material que conlleva ser madre, ya sea estando en pareja, como la crianza de una madre que se encuentra sola, una mujer aislada del mundo que enfrenta los temores y las injusticias de un sistema judicial que las abandona completamente.
Freijo se pregunta ¿Por qué estamos solas, aún acompañadas?, y reflexiona: “La soledad nos une a todas por igual y al mismo tiempo refleja la desconexión de nuestras miradas, la necesidad de la vuelta a la complicidad, al código de rescate, a nuestro propio salvavidas”.
Y luego agrega: “La soledad es parte de la vida de las mujeres, estemos solas o acompañadas”.
Lo que intenta manifestar la autora es que las mujeres están solas, no en relación al sentimiento de soledad sino que existe la presión entre los deseos y una vida que enfrenta las limitaciones del propio género.
Por otra parte, el apartado “Educadas para amar” muestra el estereotipo de la mujer enamorada, que tiene que amar a cualquier precio, atravesada por la educación que se le impone desde niña. Toda una cultura que forma a las mujeres desde pequeñas para amar, casarse y tener hijos, como si ese fuese el único objetivo en sus vidas y tienen que seguir los mandatos que la sociedad les asigna desde casi el momento en que nacen.
El color “rosa” para la nena y el color “azul” para el varón, juguetes que marcan los estereotipos desde la infancia. Películas en las cuales las mujeres lloran por amor, sufren pero lo fundamental es que amen, amen mucho, más que así mismas. Les enseñan a amar a un “hombre” antes que a ellas mismas.
Como si fuese poco todo lo relatado, la politóloga se centra en realizar un recorrido por las diferentes profesiones y las desigualdades que enfrentan las mujeres, no sólo porque antes no tenían acceso a estudiar y seguir una carrera sino por las grandes diferencias salariales que enfrenta el género por realizar las mismas tareas que un varón en la actualidad. Aunque los años continúen, muchas cosas no han cambiado aún.
Ser una madre que cría sola o en pareja no cambia mucho la realidad que enfrentan las mujeres, la carga mental que explica la autora las deja en el completo aislamiento. Esto se agrava cuando la mujer que trabaja tiene que dejarlo todo por la dedicación exclusiva a la maternidad y a las tareas del hogar, mientras el varón se ocupa de continuar con su vida sin modificar absolutamente nada, sumada a la feminización de la pobreza que desarrolla la autora con datos estadísticos.
Autora: María Florencia Freijo