Precoz
En los comienzos, la madre y el niño viven aislados en una residencia con madera dura acumulada en la entrada, ranchos, sin terminar, rodeados por pistas de autocares. Todos voltean hacia lo erótico, ocurren el ambiente de los «diferentes pobres» europeos. La gente de Early Sleeping acostada en el bosque o ante los supermercados. Hay mamá y niño, mientras dos indocumentados extra revolviendo la basura, persiguiendo, siendo perseguidos por las autoridades, mientras el hijo muta rápidamente al hombre. Temprano puede ser una novela de terror. Sin embargo, ciertamente es un terror nacido del deseo. Nada extra inquietante.
¿Puede el amor filial ser tan perverso? Realmente es una de las preguntas que viene con el funcionamiento de las páginas desde que sucedió con «El débil mental» (Mar azucarado, 2014); pero en este tipo de texto, mcdougal la supera en prosa evasiva, imposible nunca pensar en la sensualidad de «El juego tabú» o el lenguaje vacío de «Ausencia tangible» de Alejandra Pizarnik y otros, y también para mejorar la asociación de Amor, odio y necesidad entre una madre, el hijo y el prejuicio.
Harwicz resulta en la animalidad más la idea de caza producida en la novela anterior, sin embargo, con un erotismo que al principio parece coquetear con lo onírico para en ese caso volverse brutal e imposible de negar. hojeada. Mcdougal trabaja con la sutileza de plantear posibles malentendidos, entre la histeria y un posible trauma, sin embargo, sin el estímulo para querer psicoanalizar a sus personajes o tal vez describir todo a través del caos. El lector puede rechazar, ignorar aquellas impresiones que Harwicz arroja o adquiere arrastradas por el fantasma – y los cuerpos – de deseo que construyen la historia.
Pero no solo puede ser un incesto sino que también puede estar presente en una Francia exterior, de inmigrantes atrapados, de cualquier sistema de salud aplanado, xenofobia, violencia mental y corporal; trabajadores sociales, el programa educativo y agentes de policía que actúan pero objetivan. La infecundidad y la maternidad, la ayuda financiera en el Estado, los indocumentados más el margen desde la ganancia que sale la moral.
Casi de manera lacaniana, Harwicz nos presenta como un padre que se relaciona con «ponerse en su lugar» entre esa madre y su hijo y en este momento la autora engrosa aún más su prosa para remodelar tiempos y realidades y permitir Nos caemos, en el mejor diseño de Maurice Blanchot en Thomas the Darker, dentro de la tempestad de conseguir.
Autora: Ariana Harwicz