Hacer el odio
Damián Daussen, personaje de esta novela, es sereno de una facultad de La Plata y durante las noches pinta esvásticas en las paredes. Y tiene una novia a quien atormenta por su condición de judía. La novela de Báñez, que transcurre durante la última dictadura pero que elude todo tipo de golpe bajo y de lugares comunes, es más que el retrato de un antisemita. Es el retrato de cómo el poder represivo se internaliza en personajes anónimos y lo reproducen desde la cotidianidad. Así, el terrorismo de Estado se cumple sin la necesidad de la coerción ni de amenazas.
Empieza la novela con un epígrafe de Portero de noche de Liliana Cavani que sirve para unir al nazismo con la última dictadura. Y las primeras frases ya nos adelantan lo que va a venir: “La última pregunta que recuerdo de ella fue si yo era antisemita. Le respondí, naturalmente, que la quería. Pero no sé si la quería”. El protagonista es el gris Damián Daussen y empieza narrando sus encuentros con Raquel, judía. Las acciones transcurren en La Plata, plena dictadura.
Hay clima de delación, de sexo reprimido, de secuestros, violencias explícitas en las comisarías e implícitas en lo que encuentran en la autopsia de una jirafa del zoológico. La Iglesia Católica también juega un rol importante y el moralista y condenador Daussen recurre a la pornografía, a las relaciones homosexuales o las prácticas abortivas. Ahí también está la riqueza de la novela: se muestra la doble moral sin necesidad de señalarla con el dedo, se va mostrando solita.
Hacer el odio se editó en 1984, anticipándose a Villa de Luis Gusmán (1996) o Dos veces junio de Martín Kohan (2002), dos novelas también con personajes que no son célebres verdugos, sino que estuvieron y están en ocultos en el cotidiano, y que sostienen, a su manera, el horror.
En agosto de 1994 el escritor Álvaro Abós señalaba acerca de Gabriel Báñez: “aunque su nombre no suene con demasiada frecuencia en el gallinero literario debido a que insiste en cometer un pecado mortal en nuestro medio macrocefálico: vivir en La Plata, alejado de cenáculos y fastos”. Y se refería a la necesidad de recurrir a Hacer el odio para explicar lo que había sucedido días atrás: el atentado a la AMIA. Veía Abós que la novela servía para entender el antisemitismo latente en la Argentina. La novela había sido publicada en 1984 por Bruguera y siguiendo a Abós: “los ejemplares remanentes de la edición fueron a parar al proceloso mar del saldo o de la librería de viejo, donde tantos tesoros escondidos vegetan a la espera de tiempos mejores”.
Autor: Gabriel Báñez
*Oferta por el lanzamiento de la tienda virtual. 10% de descuento.